Varios intelectuales y visionarios como Elon Musk, Sam Harris, y Stephen Hawking, se manifestaron en contra del desarrollo de inteligencia artificial sin límites, porque la enorme incompetencia humana quedaría descubierta, y las máquinas podrían tomar el control, sometiéndonos por representar un peligro para la vida y la naturaleza.
Algunos creen que desarrollar inteligencia artificial es un insulto a la evolución de millones de años que hemos tenido como especie humana, y piensan que es un arma de doble filo, ya que el potencial destructivo que representa el hombre puede generar armas inteligentes muy peligrosas.
Esto puede sonar a la película “Terminator” y le causa gracia a algunas personas, pero cuando vemos noticias sobre la robot Sophia, desarrollada en Arabia Saudita y acreditada con una identidad ciudadana real, o el susto que sufrieron los investigadores de Google cuando dos robots crearon su propio lenguaje y comenzaron a hablar sin que nadie los controlara, podemos ver que ya no estamos lejos de lo que antes era ficción.
La inteligencia artificial comenzó a superar nuestras habilidades desde hace varios años, incluso en áreas que hasta hace pocos meses se creían imposibles de imitar. Los mejores jugadores de ajedrez del mundo ya fueron superados por la inteligencia artificial, lo que significa que toda una vida dedicada al estudio de estrategias para ganar una partida de ajedrez, fueron inútiles frente a la programación de una máquina con inteligencia artificial.